lunes, 1 de agosto de 2011

un poema de joan salvat-papasseit



Nocturno para acordeón

Heme aquí: yo guardé madera en el muelle,
(Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
pero yo he visto la lluvia
a cántaros
sobre los botes,
y guarecerse bajo las tablas el destajo de la angustia:
bajo los flandes
y los melis,
bajo los cedros sagrados.

Cuando los carabineros acechaban en la noche
y era un túnel la bóveda del cielo
sin luz en los vagones, hice un fuego de estrellas en la boca del lobo.

Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
pero todas las manos de todos los golfos
como una farándula
se juramentaban al abrigo de mi fuego.
Y era como un milagro que tiraba de las manos entumecidas.

Y en la niebla se perdían los pasos.

Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
ni sabéis la oración de las linternas de los buques,
que son de tantos colores
como la mar bajo el sol:
que no le hacen falta velas).

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